lunes, 10 de octubre de 2011

Si pudieras volver atrás ¿qué cambiarías de tu vida?

Hacemos las cosas por obligación, cogemos la dirección que tenemos que seguir y nos convertimos en personas con rutina y papeleos, desmotivados y tristes, con un par de horas al final del día o de la semana para hacer lo que nos gusta. Y así no vamos a llegar a nada, estamos matando nuestro talento, nos dedicamos a cosas que ni siquiera hacemos del todo bien porque no son nuestras y no nos apasionan, pensamos en el futuro y no nos queda más que un presente gris. Tenemos objetivos a los que creemos querer llegar, pero en realidad los detestamos, y vamos a ellos lentos e inseguros y fracasamos. Si hiciéramos lo que nos gusta no habría que llegar a ningún sitio, jamás dejaríamos de trabajar, ningún fracaso podría pararnos, los errores nos ayudarían a aprender. Por eso he tomado una decisión: voy a hacer las cosas que me gusten. Hoy esto no tiene ningún sentido más que no ser una infeliz, pero algún día, sin darme cuenta, todos los puntos se conectarán, lo que parecía no tener que ver, las cosas que habré ido haciendo de forma aislada cobrarán sentido y no seré una oficinista, ni una opositora, ni una persona que coge el metro para ir a volver al trabajo con sueño y sin emoción. No, señor, tengo una vida y haré de ella algo extraordinario.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Tocado y hundido II



Noelia y Liz posando para lafarfalla.

Tocado y hundido


Siguiendo el ejemplo de mi gran amiga ノエリア, que viene a ser: copiándome vilmente de la pobre ノエリア he decidido ir subiendo al blog todo lo que voy creando que no es poco, pues el hecho de estar parada y ser, además, de naturaleza obsesiva-compulsiva, me tiene todo el día haciendo ropas y demás manualidades, con mejores y peores resultados.

Comienzo por un tocado de inspiración ve tú a saber, digamos que un mix felices años veinte y tapafeas años 50. Sí, señores, esa sensualísima y solemnísima tela se llama ¡tapafeas! huelga decir por qué. Ese tapafeas lo he sacado de un vestido de raso negro, que lo tenía a modo de tul raro para la falda. Y voila, aquí me tenéis bastante menos fea. Próximamente más fotos de la criatura, que se lo pienso probar a mis amigas.

domingo, 2 de octubre de 2011

Gozilla sobre la ciudad de Nueva York

Me decido a escribir porque esta es la segunda onza de chocolate que me como, y como no encuentre otra distracción voy a engordar, y eso sería demasiado. Aunque las cosas no me van muy bien, resisto, p

ero si engordo (ay señor, ¡si engordo!) Guillermo me dejará, seré más gorda que mis amigas y me sentiré todavía más gigante que ahora, cuando llego a la discoteca, hay un espejo, miro y me parece que soy Gozilla sobre la ciudad de Nueva York. La verdad es que soy muy grande y me gustaría ser un palo de escoba. A todas las chicas nos pasa esto, lo tenemos todo menos un culo prieto y es como si no tuviéramos nada. El resto de tus méritos no son ni de lejos tan importantes como estar buena. Esto les pasa a las presidentas del gobierno, a Marie Curie, a Juana de Arco y a todas: al llegar a casa de descubrir la radioactividad o declarar la guerra se sienten gordas y feas. Es una pena, y a mí también me pasa.